Mi historia de la travesti que me comí ayer 5 (San Salvador)
Son apenas las seisde la tarde en un motel de mala muerte del centro. La luz neón del cartel callejero se cuela entre las cortinas curtidas y titila en las paredes amarillentas. El aire huele a sudor ajeno, a cigarro de motel y a colchón barato. Me apoyo contra la puerta, el corazón me late en la garanta: hoy Alejandro llegará vestida de mujer a mi cuarto, y la mezcla de deseo y nervios me atenaza el estomágo. (Poniendo un poco en contexto, Alejandro fue un pasivo que conocí en facebook, nos hicimos amigos y nos pasamos chateando casi por un año sin llegar a nada concreto, pero no hoy nació de él conocerme en persona, yo le digo que no soy la gran cosa, pero él me incistió. Su objetivo está más allá de conocerme o no, lo que ella quiere es tener la oportunidad de vestirse como chica, aunque ella me insiste que es por lo otro).
En fin, mientras yo tenía el oído en la parte inferior de la puerta, escucho un taconeo que se acerca. Toca la puerta, y enseguida abro: aparece con unos vaqueros de lycra negra que se acopla a sus muslos, marcando unas piernas firmes y sensuales, y una blusa gris que insinúa un escote en "V" perfecto. Su peluca gris oscuro cae en suaves ondas, y el maquillaje, aunque aún un poco inexperto, resalta sus labios y sus pómulos. Camina con torpeza femenina, balanceando las caderas; se nota que todavía no domina del todo el arte de andar en tacones, pero cada pequeño desequilibrio acentúa su encanto.
Me deslizo al viejo sillon de lona mientras ella se detiene frente al espejo de la pared. Me quedo contemplándola: esa mezcla de inseguridad y orgullo que la hace aún más irresistible.
-Te gusta cómo haz quedado? -le digo, moviendome para acercarme un poco más a ella.
Ella se gira despacio, las manos rozando el bordel del espejo, y su mirada brilla entre la duda y el desafío.
-Depende -me responde- Vos crees?
Me acerco un poco más y deslizo mi mano por la curva de su cadera, sintiendo la resistencia suave de la lycra y el calor de su piel debajo.
-Creo que teves... perfectamente rica -le digo ya exitado.
Sus dedos comienzan a buscar los míos junto a su cintura, y el roce me provoca un escalofrío exitante.
Ella comienza apoyar la palma en mi pecho, sintiendo el latido fuerte bajo mi pecho. Se inclina y me vesa.
-Así te gusta?- pregunta, levantando la vista y retándome con los ojos.
-Así- le confirmo, apoyando mi mano sobre su nalga, más cerca de donde su cuerpo pide con urgencia. Sus labios se curvan en una sonrisa cómplice, y con un tono más femenino me dice: "cojeme rico". (Ella cree que tengo experiencia en esto, pero la verdad es otra. Es la primera vez que estoy con un pasivo, con alguien que quiere ser travesti, quizás trans en un futuro. Pero no pude resistirme a los desnudos que me hacia en messenger, su cuerpo rosado y sin presencia de masculinidad en sus manos y en su cuerpo).

Publicado: 06/05/2025 | Visualizado: 589 veces |
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