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Busco Activo Educado para mi segunda vez (Metropolitana)

Les cuento mas o menos lo que me paso mi primera vez, Nunca pensé que dar ese paso. Yo tenía 34 años (hoy tengo 35) trigueño, rellenito, piernudo y nalgon, nada obvio, él tenia 39. Nos conocimos por acá. Al principio todo fue charla casual, pero su forma de escribir tenía algo... algo que encendía. Seguro, directo, pero con una calidez que me hacía sentir visto. Deseado.

Nos encontramos en un centro comercial. Lo vi antes de que se acercara: cuerpo firme, camiseta que marcaba sus brazos y un perfume exquisito, masculino. Nos saludamos, a mi me temblaban las manos, pero él me sonrió y me dijo:

Relájate, estás en buenas manos.

En el carro, puso una mano sobre mi pierna. Yo no decía nada, solo sentía el calor que subía por mi cuerpo. Al llegar al motel, su actitud cambió: más seria, más intensa. Apenas cerró la puerta, me besó. Fuerte. Apasionado. Sus manos recorrían mi torso, mi espalda, y cuando bajó hasta mis nalgas, apretó con gusto. (Soy rellenito y nalgoncito)

Qué rico estás así me gustan: rellenitos, nalgones y piernudos que haya dónde agarrar.

Yo gemí bajo su boca, estremecido.

Me sentó en la cama y se puso de pie frente a mí. Me tomó del mentón, me miró fijo a los ojos, y dijo:

Ahora, de rodillas para mí.

Yo super nerviso solo Obedecí. Me bajó la cabeza con suavidad pero con decisión. Se desabrochó el pantalón, y cuando su miembro salió, me impresionó: era grande, grueso, palpitante. Me lo acercó a los labios, y comencé a lamerlo, a saborearlo. Tomó mi cabeza con ambas manos, guiándome con respiración entrecortada.

Qué boca tan rica así, trágatelo todo me decía con voz grave.

La sensación de sentir, finalmente, un pene dentro de mi boco fue increíble, con una mano la saco de mi boca mientras con la otra guiaba mi cabeza hacia sus testiculos, grandes y aguaditos meti el primero dentro de mi boca y lo cuhe suavemente, luego metí el otro, le como los dos. Luego me dirigió nuevamente a su pene, me dijo: "saca la lengua" la saque y comenzó a golpearme con su pene, luego me puso a mamar...

Cuando acabó, lo hizo fuerte, directo en mi boca. Lo tomé todo sin apartarme. Me levantó y me besó sin dudarlo, saboreándose a sí mismo, encendiéndome aún más.

Me llevó hacia la cama y me recostó boca abajo. Acarició mis piernas, mis nalgas, apretándolas sobre el bóxer.

Que ricas nalgas tenes murmuró, mientras bajaba el bóxer lentamente, rozando mi piel con sus dedos. Me sentía temblar de placer.

Me separó las piernas y comenzó a besarme desde los muslos hasta el centro. Y entonces, su lengua encontró su camino. El beso negro fue una locura: húmedo, profundo, lento gemí con fuerza, sin control. Me arqueaba hacia él, sin poder creer lo que sentía.

Luego, antes de penetrarme, hizo algo que me hizo temblar aún más: colocó su pene entre mis nalgas, deslizándolo, frotándolo sin entrar. Sentía su dureza recorriéndome, calentándome.

Sientes eso? Te voy a hacer mío me susurró.

Yo estaba super nervioso con algo de miedo, queria decirle que era mi primera vez pero no dije nada, en el fondo lo queria sentir dentro de mi,

Finalmente, me colocó en posición de perrito. Me sostuvo de la cintura, besándome la espalda, y comenzó a lubricarme y meterme la punta, me dolio mucho, gemi de dolor, peeo wl me dijo: tranquilo solo duele la entrada, despacito, peeo muy despacio como si me cuidara, la iba metiendo, sentia como entraba y lo grande que era, la dejo toda adentro un ratito y luego empezo a penetrarme. Lo hizo despacio, con cariño, ayudándome a relajarme. El ardor del inicio dio paso al placer más profundo. Cada embestida se sentía intensa, llena de deseo, pero también de cuidado.

Así así qué rico se siente decía entre jadeos.

El ritmo aumentaba. Me decía lo hermoso que me veía así, lo bien que lo apretaba, lo que lo volvía loco mi entrega. Yo estaba rendido, completamente entregado. Sentí cómo su cuerpo temblaba, cómo se detenía de golpe.

Sacó el pene, se quitó el condón rápido, y con un gemido final, eyaculó en mi trasero, caliente, abundante, dejando su marca sobre mí. Se quedó respirando fuerte, con las manos en mis caderas. Luego me acarició la espalda, me besó el cuello.

Nos abrazamos un rato, en silencio. Me pidió que la próxima vez usara ropa interior de mujer.

Con esas nalgas y piernas, en lencería, te voy a devorar me dijo con una sonrisa traviesa.

Le sonreí, nervioso, excitado, feliz.

Lamentablemente, no hubo una próxima vez. Desapareció. Nunca supe por qué. Pero esa noche esa noche fue el despertar de algo profundo. Y aunque no lo volví a ver, lo que él despertó en mí sigue vivo.

Me gustaria tener una experiencia asi nuevamente, me ayudas. No hay dinero de por medio, solo experiencias placenteras para ambos. Full discreción.

Escribeme am correo:

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Publicado: 30/06/2025 Visualizado: 434 veces
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